Los Montes Torozos suponen un entorno variado en el que la encina (Quercus ilex) es uno de los símbolos del paisaje. Un árbol muy bien adaptado a nuestro duro clima, con temperaturas superiores a 30ºC en verano y ausencia casi total de lluvia, y a la vez sobrevivir a inviernos de hasta -10ºC con heladas intensas en los peores días.
La floración de las encinas y sus bellotas nos ofrece una miel oscura muy rica en sales minerales y en hierro con un sabor dulce y muy intenso a fruta seca y olor agradable. Es una de las mieles más oscuras y fuertes, ideal para los amantes exacerbados de la miel.
Presenta propiedades muy interesantes astringentes, digestivas y estimulantes. Es ideal para aderezar y endulzar infusiones.