La marmolina blanca ayuda a proteger la tierra de cambios bruscos de temperatura y mantiene la humedad del suelo. Es ideal tanto para uso decorativo alrededor de plantas como para suelo de piedras blancas en jardines o pasarelas. Su composición está compuesta en un 97% de sílice, con una dureza de 9 sobre 10 en la escala de Mohs, lo que le otorga gran resistencia. Entre sus ventajas destacan su buena resistencia a la presión, su aspecto lujoso y elegante, y las grandes posibilidades decorativas. Además, es fácil de instalar, ahorra agua, protege las raíces, dificulta la proliferación de malas hierbas y requiere bajo mantenimiento, lo que la convierte en una opción práctica y estéticamente atractiva para diversos proyectos exteriores.