Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque , a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí: intactos, bontos, únicos.
Colandose en cada grieta que aún no ha cerrado.
Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un "deja que ocurra" para tenerlo.