¿Cómo hidratar un Jiffy correctamente?
Para empezar, coloca los Jiffys que necesites en un recipiente y añade agua de buena calidad hasta cubrirlos por completo. Déjalos reposar durante unos 5 minutos para que absorban el agua y tomen su forma cilíndrica característica. En este punto es crucial evitar un error común: si el Jiffy está saturado de agua, no permitirá el paso de oxígeno hacia las raíces, lo que podría pudrir cualquier semilla, incluso las más costosas. Por eso, es necesario escurrirlos bien. Presiona con las manos cada Jiffy para eliminar el exceso de agua, asegurándote de que no quede encharcado. Luego, devuélvele su forma original moldeándolo suavemente con los dedos, dejándolo listo para usar.
Una vez correctamente hidratado, el Jiffy tendrá la humedad ideal para favorecer la germinación de semillas, incluso de aquellas más económicas, siempre que tengan un mínimo poder germinativo. Si el Jiffy está encharcado, pesará demasiado, tendrá un color negro brillante y goteará al manipularlo, lo que indica que no se ha seguido el procedimiento adecuado.
¿Cómo mantener un Jiffy en condiciones óptimas?
En los días posteriores a la siembra, los Jiffys podrían secarse ligeramente. Si esto ocurre, no hay problema: utiliza un pulverizador y humedece únicamente los que lo necesiten. Es fundamental ser prudente con la cantidad de agua, evitando excesos. Muchos cultivadores principiantes cometen el error de regar con una regadera, lo que puede volver a saturar el sustrato si las semillas aún no han germinado. Por ello, trabaja con cuidado y aplica agua mediante pulverización, asegurándote de alcanzar la humedad adecuada sin encharcar.
¿Cómo plantar semillas de marihuana en un Jiffy?
Para sembrar las semillas, haz un pequeño agujero en el Jiffy de entre 2 y 5 mm de profundidad. Si estás trabajando con esquejes, asegúrate de que el tallo quede firme al colocarlo. Presiona suavemente la turba alrededor del tallo con los dedos para estabilizarlo y evitar que se mueva. Con estos pasos, tendrás un Jiffy bien preparado para germinar semillas o enraizar esquejes de forma eficiente.