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El Quercus ilex, conocido como encina o carrasca, es un árbol perennifolio de la familia Fagaceae, típico del clima mediterráneo. Puede alcanzar entre 10 y 25 metros de altura, aunque en condiciones adversas puede crecer como arbusto. Su copa es densa, redondeada o irregular, y su tronco posee una corteza gris oscura y agrietada. Las hojas son coriáceas, de color verde oscuro en el haz y blanquecinas en el envés, adaptadas para reducir la pérdida de agua. Florece en primavera, produciendo pequeñas flores en amentos, y sus frutos, las bellotas, son una importante fuente de alimento para la fauna. Es una especie longeva y resistente, con ejemplares que superan los 500 años.
Cultivo del Quercus ilex: La encina se adapta a una amplia variedad de suelos, incluidos los calizos y pobres, siempre que tengan buen drenaje. Prefiere climas mediterráneos con inviernos suaves y veranos secos, mostrando una notable resistencia a la sequía. Su propagación se realiza mediante la siembra de bellotas frescas en otoño, que germinan en primavera, aunque el crecimiento inicial es lento. Las plántulas necesitan protección frente a herbívoros y competencia de malezas. Es ideal para la restauración de ecosistemas, prevención de la erosión y como refugio para la biodiversidad. Aunque es resistente a plagas y enfermedades, puede verse afectada por hongos como la Phytophthora en suelos mal drenados.
