Dolce&Gabbana Beauty ofrece una aventura olfativa única con la versión intensa de K by Dolce&Gabbana: K by Dolce&Gabbana Eau de Parfum.
Cautivador, magnético y sensual, el Eau de Parfum revela el alma oculta de un rey moderno. Sinónimo de equilibrio entre fuerza y corazón bondadoso, demuestra que nació no solo para llevar su corona, sino también para poseerla.
Construido sobre el legado del Eau de Toilette, K de Dolce&Gabbana Eau de Parfum revela un aroma sensual que encarna el espíritu de un hombre que elige su destino con pasión y confianza. Inspirada en el paisaje terroso y accidentado de la Toscana, esta fragancia es la versión intensa y fascinante que despliega un corazón especiado cautivador y un fondo de madera.
K by Dolce&Gabbana Eau de Parfum se revela con un torbellino irresistible de cítricos. La naranja sanguina y el limón, combinados con una esencia de guindilla chispeante crean una salida efervescente. El toque de bayas de enebro y las notas especiadas de cardamomo ofrecen una complejidad intrigante. El geranio fresco, la salvia y la energizante lavanda se vuelven más sensuales gracias a un acorde de leche de higo. La fragancia desvela finalmente un fondo seductor y sensual de madera de cedro, pachulí terroso y vetiver especiado, sublimado por un toque vivo de madera ahumada de Nagarmotha.
K de Dolce&Gabbana Eau de Parfum es un perfume amaderado cautivador creado para hombres magnéticos y apasionados.
Manteniendo la forma geométrica tallada del frasco original de K by Dolce&Gabbana, el frasco ahora viene en un tono más profundo de azul real, que refleja la nueva intensidad de la fragancia magnética que contiene. Casi impenetrable pero no del todo opaco, el vidrio lacado nos deja apreciar el aroma que alberga.
La icónica corona que adorna la silueta del frasco está ahora bañada en una pátina plateada, acentuando el azul noble de su cúpula y las esferas de piedra que la rodean. En el frasco, la letra K coronada evoca el símbolo tradicional de la realeza, pero con una audaz simplicidad contemporánea. Majestuosa y memorable, el frasco representa perfectamente el universo magnético de un rey moderno.