"La Morada Maldita" es un juego de mesa familiar diseñado por Sergio Ortiz e ilustrado por Isaac Murgadella. Está dirigido a jugadores de 7 años en adelante, permite partidas de 2 a 6 personas, y tiene una duración estimada de 20 minutos por partida. El juego se basa en la agudeza visual y presenta un desafío trepidante donde los jugadores compiten entre sí para superar maldiciones y recoger gemas antes de que les alcance una maldición que afecte su éxito.
Temática y Objetivo:
La historia del juego se sitúa en un pequeño pueblo al que un antiguo aventurero, antes de morir, decide legar su tesoro más preciado: una gran joya morada. Sin embargo, la joya está maldita, y cualquier jugador que la toque sufrirá sus consecuencias. Los jugadores, como habitantes del pueblo, deben correr a la morada para superar los retos, recoger las gemas, pero evitando tocar la joya embrujada. La clave es sortear los maleficios para recolectar tantas gemas como sea posible antes de que la maldición los afecte.
Componentes:
El juego incluye:
- 109 cartas
- 65 gemas de diferentes formas y colores, distribuidas en varias tarjetas y fichas.
- 1 joya morada maldita (una pieza en 3D) que es el centro de la mecánica del juego.
- Un reglamento que guía a los jugadores a lo largo de las partidas.
Las cartas y fichas presentan ilustraciones coloridas de gemas y maldiciones. Las gemas son piezas poligonales que vienen en distintos colores y tamaños, diseñadas para desafiar la atención visual y estratégica de los jugadores.
Dinámica del Juego:
Los jugadores se turnan para avanzar en la partida, enfrentándose a cartas que incluyen retos visuales que requieren una rápida respuesta. A medida que se desarrollan las partidas, los jugadores deben ser rápidos en identificar las gemas correctas y evitar la maldición de la joya morada. El factor competitivo viene de la velocidad y la agilidad para adaptarse a los cambios visuales y a las sorpresas que aparecen durante el juego.
Recomendación:
Este juego es ideal para reuniones familiares o de amigos debido a su rápida dinámica, sus reglas sencillas, pero con suficientes elementos para mantener el interés a lo largo de las partidas. Además, estimula la percepción visual y la capacidad de reacción rápida en los jugadores, haciéndolo entretenido tanto para niños como para adultos.