Planta en maceta y de unos 60 - 80 cm de altura
La Moringa oleifera es un árbol originario del norte de la India, conocido por su rápido crecimiento y alta resistencia. Se caracteriza por sus hojas pequeñas, ovaladas y verdes, flores blancas, y vainas largas llenas de semillas comestibles. Es valorada por sus múltiples propiedades medicinales y nutricionales, ya que sus hojas, semillas y flores son ricas en proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes. En la medicina tradicional, se utiliza para tratar diversas afecciones, y también se emplea en la producción de aceites, suplementos alimenticios y productos cosméticos.
El cultivo de moringa requiere un clima tropical o subtropical, con temperaturas entre 25 y 35 °C, y se adapta a suelos arenosos o arcillosos, siempre que estén bien drenados. Es una planta resistente a la sequía, aunque el riego regular mejora su rendimiento. La propagación puede hacerse por semillas o esquejes, y debido a su rápido crecimiento, es posible realizar la primera cosecha de hojas a los 3-6 meses de la siembra. La poda frecuente es esencial para favorecer el crecimiento de nuevas ramas y garantizar una mayor producción de hojas.