Plantas en maceta y de unos 60 - 80 cm de altura
La papaya (Carica papaya) es una fruta tropical originaria de América Central, conocida por su pulpa suave, jugosa y dulce. Su forma es ovalada o redonda, y puede variar en tamaño, con una piel delgada que va de verde a amarilla al madurar. La pulpa es anaranjada o rosada y contiene numerosas semillas negras rodeadas de una cubierta gelatinosa. Es rica en vitaminas A, C y E, además de tener una enzima llamada papaína, que facilita la digestión. La papaya es apreciada por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, así como por sus beneficios digestivos.
El cultivo de papaya requiere un clima cálido y húmedo, con temperaturas entre 25 y 30 °C, y suelos bien drenados, profundos y ricos en materia orgánica. La planta necesita pleno sol y se propaga principalmente por semillas. Se siembra en hileras, con un espaciamiento adecuado para el crecimiento y circulación de aire, ya que es susceptible a plagas y enfermedades como la antracnosis. La papaya necesita riego regular, especialmente durante la floración y el desarrollo del fruto, y puede empezar a producir frutos en menos de un año, logrando su máxima productividad entre el primer y tercer año.