País de origenFrancia |
Alérgenos alimentariosVer etiqueta |
Peso de los alimentos2 |
Nombre o razón social del operador de la empresa alimentariaDom Pérignon |
Identificador del artículo de Miravia1358181042432306-2073375942031666 |
País de origenFrancia | |
Alérgenos alimentariosVer etiqueta | Peso de los alimentos2 |
Nombre o razón social del operador de la empresa alimentariaDom Pérignon | Identificador del artículo de Miravia1358181042432306-2073375942031666 |
El año estuvo marcado por marcados contrastes: periodos fríos y lluviosos alternaron con etapas de calor intenso y tormentas. El verano se presentó inestable y en gran parte nublado, hasta que a finales de agosto el clima cambió de forma casi milagrosa, regalando días soleados que se prolongaron hasta el final de la vendimia. Cuando Dom Pérignon Vintage 2000 fue lanzado en 2008, mostraba un equilibrio único entre frescura y madurez, entre efervescencia y armonía. Hoy, en su segunda plenitud —P2 2000—, el vino se expresa con renovada intensidad, energía y profundidad.
P2 simboliza la Segunda Pléntitud de Dom Pérignon, y es el resultado de 17 años de elaboración. El resultado es indescriptible e incomparable, vino es intenso, vibrante y preciso. La energía del vino está en su apogeo.
Desde los inicios de la marca, Dom Pérignon busca un ideal, el champagne perfecto, en el que los conceptos son claros y sencillos.
Dom Perignon tiene el compromiso y el deber de ser exclusivamente un vino de las mejores añadas que supere la simple consideración de la calidad. Que sea un icono de lifestyle.
Elaborado en una zona geográfica como Champagne, con un clima tan extremo y limitado, elaborar estos champagnes de las mejores añadas es todo un reto.
En nariz- El bouquet revela una madurez vibrante y generosa. Se perciben aromas cálidos de heno seco y brioche, en equilibrio con notas cítricas de bergamota y frutas de hueso de tonalidad rojiza. El conjunto desprende una elegancia ahumada, con matices grises sutiles.
En boca - La entrada es enérgica y marca el primer compás de una sinfonía compleja, cuya riqueza se manifiesta más en textura que en redondez. La untuosidad, refinada y sobria, se adapta con precisión a la estructura del vino. El final se distingue por una exquisita amargura y una riqueza sapida, con evocaciones de regaliz y malta tostada.