Tener siempre a mano los mejores mezcladores de proteínas es algo que distingue de un vistazo a los deportistas pro que se teman en serio sus entrenamientos diarios de aquellos que van a abandonar su propósito de año nuevo antes de que termine enero.
De hecho, esos shakers son lo que más llama la atención el primer día que acudes a un gimnasio. Observar como mientras tu bebes agua de tu botella reutilizable entre serie y serie, a tu alrededor el resto de asistentes da sorbos a una suerte de batido de chocolate guardado en unos enormes vasos de plástico con boquilla. Y los que no lo hacen es porque lo toman en el vestuario antes de entrenar o nada más terminar de ejercitarse. ¿Será que tienen a su disposición una poción mágica como la de Astérix y Obélix que les hace más fuertes que el resto de mortales?
Por suerte a los pocos días descubres la verdad, y lo que es mejor aún, que tú también puedes participar de ella sin necesidad de acudir a ningún druida: solo comprar tu primer bote de proteínas en polvo. Y ojo, que lejos de lo que puede parecer, están mucho más ricas de lo que su nombre indica.