Se aplica el producto de transferencia sobre el soporte elegido y sobre la imagen.
Se coloca la imagen hacia abajo en el soporte.
Se alisa con cuidado para que no queden arrugas.
Se deja secar.
Se moja con agua y se va frotando suavemente con los dedos o una esponja para ir retirando el papel.
Se sigue mojando y retirando pulpa de papel con cuidado hasta que la imagen queda nítida. Si al secarse se ve blanco seguimos haciendo esto con cuidado.
Se barniza o sella para que la imagen quede protegida.