Rigurosamente elaboramos de nuestras propias olivas, un denso zumo de aceituna que con ello obtenemos un aceite virgen extra monoparental arbequina de la mayor calidad.
Nuestros olivares están situados en Sorzano a 680 metros sobre el nivel del mar, en las faldas del monte Moncalvillo, a los que resguarda y protege de los hielos y de los vientos.
Nuestra meta es conseguir un producto de alta calidad con una producción limitada, debido al bajo rendimiento que se obtiene de nuestros olivares por nuestro especial clima de días cálidos y noches frías, que regula la escasa producción, con lo que a su vez obtenemos nuestros exclusivos sabores afrutados y largos en el paladar.
Debido a la poca producción y solo de una primera extracción en frío y envasado sin filtrar para preservar sus cualidades organolépticas, se consigue la máxima calidad de nuestros aceites. Sin olvidar el momento crítico de maduración, con una recolección mecánica, rápida y cuidadosa con el fruto, en el que en un máximo de dos horas se ha conseguido el aceite (zumo de aceituna).
CATA DEL ACEITE
En aroma se aprecian sensaciones frescas de aceituna entre verde y madura en las que se distinguen la hierba césped que de forma sutil envuelve las notas claras de plátano maduro, manzana y papilla de frutas. Acompaña a todo el conjunto un recuerdo claro de alcachofa verde y fresca.
En boca es un aceite dulce, amable, con un margo muy ligero, casi imperceptible y un picante final que aumenta en intensidad rápidamente al tragar y que también rápidamente desaparece. Los recuerdos en boca son a frutos secos y papilla de frutas con ligeras notas verdes.
En retrogusto nos queda una sensación global de equilibrio y frescura con notas que recuerdan a plantas bajas de secano (genista, tomillo, romero).
En conjunto es un aceite agradable, equilibrado y fresco que combinará perfectamente con cualquier plato pero donde mostrará todo su potencial será utilizándolo en crudo.