El revestimiento pétreo es una excelente opción para quienes buscan proteger y embellecer fachadas y muros exteriores.
Este tipo de revestimiento se caracteriza por su alta capacidad de cubrición, lo que permite una aplicación eficiente sobre diversas superficies.
Además, su acabado de bajo brillo es ideal para lograr un efecto estético más natural y discreto.
La rapidez de ejecución es otro de los beneficios clave, permitiendo a los profesionales completar proyectos en tiempos reducidos sin sacrificar la calidad.
Con una correcta preparación del soporte y siguiendo las recomendaciones de aplicación, como evitar temperaturas extremas y asegurar una buena homogeneización del producto, se puede lograr un acabado duradero y resistente a las condiciones climáticas adversas.
No aplicar el producto a temperaturas inferiores a 5ºC ni superiores a 35ºC o con riesgo de lluvia inminente.
No aplicar a pleno sol ni en días excesivamente húmedos.
Agitar el producto hasta su perfecta homogeneización.
Diluir el producto en función de la porosidad y estado del soporte en la primera capa.
Acabar con dos o más capas ligeramente diluidas hasta la cubrición total del soporte.